Yo confió en el destino y en la marejada. Yo no creo en la Iglesia pero creo en tu
mirada. Tú eres el sol en mi cara cuando me levanta. Yo soy la vida que ya
tengo, tu eres la vida que me falta. Un día decidí hacerle caso a la brisa a
irme resbalando detrás de tu camisa. No me convenció nadie, me convenció TU
SONRISA.